EL TRANSPLANTE

En varios de los libros de adopción, con los que nos hemos ido formando, se denomina transplante al proceso de integración del niño en su nuevo entorno familiar y de rutinas, una vez que sale de la institución en que está acogido. Te aconsejan una comprensión y atención especial a este periodo que ya explicaremos en otra ocasión.

En ningún libro viene que también esto les pasa a los futuros padres adoptivos cuando lo hacen a la inversa. Esto es, cuando viajan de su entorno al “territorio comanche” que supone el inicio real de viaje.

Ayer llegamos por fin a Kiev y fue un auténtico transplante emocional por fin. Dimos con todo el “cepellón” en un apartamento estupendo, en pleno centro de la capital de Ucrania, así sin más, cuando por la mañana del viernes habíamos estado cada uno de nosotros en los trabajos dándonos los últimos adioses.

Desde la noche del viernes pocos fueron los testigos del desbordamiento emocional que esta situación hace sobrevenir ( mejor así, gracias) . El desayuno con Lucca fue la gota que desbordó ya los cubos de emociones que veníamos acumulando desde el pasado septiembre, desde que sabíamos ya la fecha de asignación.

Así desde la mañana y hasta la noche del sábado, pasamos un día bastante chafados, no sólo por dejar atrás un entorno y un equilibrio, sino porque también convives con la mirada al frente a lo que viene. Y a los lados con todos los que nos acompañáis.

Como dice Ricky Martin, “por arriba, por abajo,…..” en fin , que ya sabemos que esto es difícil de escribir en cualquier manual, pero aquí lo intentamos describir para que conozcáis nuestro ánimo que, aunque ayer pareciera desbordado, no es más que una curva acelerada de esta montaña rusa ( ucraniana mejor) en la que nos hemos subido con sumo placer.

La hora de la cita la tenemos a las 10:00 de la mañana del lunes, así que esperamos tener ya al menos una cara, un nombre, algo más concreto que contaros para que sepáis en directo por donde nos movemos. Os recuerdo paciencia también, dado que debemos viajar seguramente, y corroborar lo que nos cuentan.

Scott, Almudena (no nos hemos atrevido aún con tu carta), Jorge, gracias por acompañarnos al aeropuerto, tomaremos café a la vuelta, os lo debemos.

Perdonad a todos los que nos llamasteis ayer y no pudimos atenderos. En cuanto tengamos algo más de calma os escribiremos.

Por cierto, felicidades a Félix, seguro que un futuro padrazo como él no nota los achaques de la edad como otros ( jui, jui ).

Mañana, si nos reponemos, os contamos como se come aquí.

Besos y Abrazos